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lunes, 18 de agosto de 2014

La importancia de la raza

Hace unos días íbamos mi chico y yo paseando a nuestras perras por una zona campestre de Alcalá, cuando nos encontramos con una persona que iba paseando un precioso mastín del cáucaso. Nos pusimos a pasear juntos charlando, y nos comentó que quería buscarle a su perro un compañero, que tenía espacio suficiente y que estaba encantado con él, por lo que tenía ganas de tener otro.
Nosotros, le dijimos que precisamente teníamos unos cachorrillos divinos en acogida (de la perrera de la que somos voluntarios), cruce de mastín, que además tenían unos colores muy parecidos a los de su perro o sea que seguramente se iban a parecer bastante físicamente.

Da la casualidad que llevábamos a los cachorros en el coche, porque íbamos de camino a casa, por lo que le ofrecimos enseñárselos y accedió.

Cuando los vio les gustaron mucho (claro, son cachorros de un mes, no conozco a nadie que no se derrita con ellos), pero se puso muy insistente preguntando su raza.
Yo le decía que no sabíamos, que todavía eran muy pequeños para saberlo seguro, pero que eran cruce de algún tipo de mastín (ahora que han crecido un poquito más tienen pinta de ser cruce de boyero de berna).
Esta persona se puso bastante reticente, argumentando que él quería otro mastín del cáucaso, que si teníamos fotos de los padres, que si tenían pedigree…

Vamos a ver, si los han abandonado en la perrera de recién nacidos… ¿Cómo vamos a tener fotos de los padres o pedigree? 


Los cachorritos que tenemos ahora en acogida


Estoy totalmente de acuerdo en que conocer la raza (o cruce) de un perro es muy importante a la hora de elegir un compañero con el que compartir tu vida. Hace unos años yo era de las que pensaban que “un perro es un perro” y que la raza era una cuestión puramente estética, que todos los perros eran válidos para todas las personas mientras estas supieran cubrir sus necesidades y dedicarles la atención que necesitan, pero estaba equivocada. Esta forma de pensar me llevó a adoptar una perra cuyo cruce de razas no era el adecuado para la vida que llevábamos, lo que generó muchos problemas de convivencia y de comportamiento, y tuvimos que acabar buscándole otra casa con terreno en el monte, donde vive feliz.

Las razas de perro están seleccionadas artificialmente para cubrir ciertas funciones (guardar una propiedad, proteger el ganado, pastorear, cazar, rastrear, recoger objetos…). Esto condiciona su comportamiento en diversas situaciones y muchas veces también marca cierta predisposición a determinados problemas ¡Por no hablar de la diferencia de tamaños! Por tanto cuando decidimos compartir nuestra vida con un perro es importante tener en cuenta estos factores para asegurarnos de que tanto él como nosotros vamos a sentirnos cómodos en la convivencia mutua.
Sin embargo, más importante que conocer la raza es conocer al individuo, ya que cada uno tiene su personalidad (dentro de la misma raza hay individuos más activos, tranquilos, cariñosos, independientes, etc).

Por todo esto, conocer la raza (o cruce de razas) que lleva un perro escrito en los genes nos da pistas sobre las predisposiciones que puede tener, tanto físicas como comportamentales. Pero pensar que pedigree o raza pura es sinónimo de calidad no puede estar más alejado de la realidad.

Muchas personas no saben (o no quieren darle la importancia que tiene) los problemas genéticos que suelen acompañar al pedigree y a las razas puras. Os voy a adjuntar el enlace a un documental sobre el tema, que después de verlo se le quitan a uno las ganas de volver a fomentar la cría con pedigree.

En el caso que os comentaba de esta persona que buscaba un mastín del cáucaso, me quedé bastante molesta, porque… esa persona buscaba un mastín, y estos cachorrillos son mastines, entonces hubieran sido precisamente lo que andaba buscando. Pero los descartó por no ser de pura raza, sin querer entender que precisamente el mestizaje fortalece en la mayoría de los casos la salud de los individuos: La mayoría de los problemas de salud genéticos que observamos en muchos perros son consecuencia de la endogamia a la que se someten las razas puras para conservar su pedigree. Esto genera que la mayoría de individuos acaben siendo portadores de genes recesivos que al expresarse provocan deformaciones y problemas de salud en el individuo. Incluso un perro aparentemente sano, puede ser portador de los genes responsables de estas enfermedades (aunque tenga la suerte de que en él no se han expresado) y transmitirlos a su descendencia, por lo que los análisis veterinarios no garantizan la seguridad en la crianza.

Aquí os dejo un enlace para ver online, este fantástico documental de la BBC que muestra los terribles problemas genéticos que acompañan al pedigree: Perros de pedigree al descubierto

Por ejemplo, mis dos perras son de raza. A Lin, labrador retriever negra, la compramos a un particular hace años (algo contra lo que ahora lucho a capa y espada, pero por entonces no teníamos ni idea), y supuestamente tiene pedigree. De momento, con 5 años, está aparentemente sana, pero con los años desarrollará problemas de displasia de cadera (una deformidad de la articulación típica de la raza) que le causarán dolor y dificultad de movimiento.

Nuestra otra perrita, Lola, la adoptamos de la perrera hace unos meses. Es de raza pura Pachón Navarro, y a sus cuatro años de edad tiene: Pupilas múltiples en un ojo (es muy miope, ve bastante mal), una fuerte artrosis en ambas rodillas y displasia bilateral de cadera. Tiene que estar tomando condroprotectores de forma crónica. Es un buen ejemplo para los defensores de la pureza de sangre.
(De hecho, yo no conocía esta raza hasta que la conocí a ella, al principio pensaba que era un cruce raro entre braco y pointer, o algo similar).
En esta foto se puede apreciar la mutación genética de "pupila múltiple" que tiene nuestra perra Lola
(en su ojo derecho)


Las razas de mis perras también se notan en su personalidad (o “perronalidad”), ya que muestran comportamientos muy típicos para los que en origen fueron seleccionadas, y esto es algo a tener en cuenta (Lola es una perra de rastreo, y cuando pilla un rastro por el campo, se le va la olla y es capaz de perderse, porque lo sigue olvidándose de todo y cuando se da cuenta, ya no sabe dónde está). Sin embargo, conocer al individuo siempre será mucho más importante que conocer su raza (aunque esta pueda darte pistas), porque puedes llevarte auténticas sorpresas.


Ahí radica la principal ventaja de adoptar perros adultos. Yo siempre recomiendo acoger primero, ya que te da la oportunidad de tener un periodo de prueba en el que conoceros sin alcanzar un compromiso absoluto. Un perro adulto ya tiene la personalidad formada y físicamente está totalmente desarrollado, lo que te evita llevarte las sorpresas que llegan cuando tu cachorro no se convierte en lo que esperabas. Además aprenden mucho más rápido las normas de convivencia, y ya han dejado atrás (o deberían, aunque la edad mental no siempre corresponde con la física) todas las etapas de desarrollo que tan molestas pueden llegar a resultar (morderlo todo, pises en casa, adolescencia, etc). Por eso, a la hora de adoptar, busca un perro que sea compatible contigo, pero sobre todo, no caigas en el error de considerar a los de raza superiores al resto. Todos los perros tienen el potencial para convertirse en el compañero ideal de alguien; sólo tienes que encontrar el tuyo :)

1 comentario:

  1. Interesantísimo. Gracias por esta información; creo que es muy valiosa.
    Saludos!

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  • El lenguaje de los perros: Las señales de Calma - Turid Rugaas
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